La plaza de Casa Pastores volvió a llenarse de vida en la mañana de Navidad con la celebración del Belén Viviente, una cita imprescindible en el calendario cultural de Santa Lucía de Tirajana que este año alcanzó su 40ª edición. Cuatro décadas después de su nacimiento, la representación se mantiene como una de las tradiciones más queridas y participativas del municipio.
Alrededor de doscientas personas del propio barrio tomaron parte activa en el montaje, dando forma a un proyecto intergeneracional en el que conviven desde el participante más joven, el pequeño Elian Torres, de tan solo tres meses, hasta vecinas emblemáticas como María Cubas Montesdeoca (92 años) y Candelaria Pérez del Toro (93 años).
La preparación del Belén Viviente arrancó en el mes de septiembre con el trabajo conjunto en el guion, el vestuario y el atrezzo, fruto de meses de dedicación y coordinación vecinal. La iniciativa cuenta con el respaldo del Ayuntamiento de Santa Lucía de Tirajana y el Cabildo de Gran Canaria, a través de subvenciones que se suman al esfuerzo económico realizado por los propios vecinos mediante actividades populares y venta de cupones.
En esta edición especial, la temática central giró en torno a la emigración canaria, incorporando escenas que evocaban el viaje de muchos isleños hacia Cuba en busca de nuevas oportunidades, sin perder el protagonismo del nacimiento de Jesús de Nazaret, esencia del Belén Viviente.
Francisco Guedes, concejal de Sector Primario y Protección Civil y miembro de la organización, destacó que esta representación “trasciende lo religioso y forma parte de la memoria colectiva del pueblo”, subrayando el compromiso y la implicación vecinal mantenidos durante cuarenta años. Por su parte, la directora artística, Saray González Falcó, señaló que la renovación anual del guion y del vestuario es una de las claves para seguir sorprendiendo al público y mantener viva la tradición.
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